Ocasional, nos sabemos necesitados de un abrazo, y algo nos llevo a ese manojo de papeles que por un motivo o por otro no has seleccionado. Y pones manos a la obra, para ocupar tu tiempo y te encuentras así, sin más ese abrazo, esa caricia que estabas requiriendo. Gracias Emmita.
Ese saber tu ofrecer por mi cuando piensas en donación... me puso un nudo en la garganta. Y un gran sonrisa en mi rostro. Dios contigo hermosa!
No hay comentarios:
Publicar un comentario