Mis pinguinitos ...

Una película de Jim Carrey que se llama los pinguinos de papá , me causó mucha gracia . Porque de alguna forma yo heredé un día a un grupo de religiosas que con todo el cariño del mundo y el respeto. ( aún cuando no lo parezca) le denominé "mis pinguinitos" ellas son las Hermanas de la Vera Cruz, hijas de la iglesia y no porque sean de Veracruz que lo son , sino porque son de la orden de la Cruz y van siempre a la vera de Jesus Crucificado.  Primero fueron educadoras de mi hijo , luego de alguna forma lo siguieron siendo para mi.  En ese avatar de los tiempos, dónde requieres visualizar lo bueno , para no inclinarte hacia el otro lado
no tan bueno. Es como cuando haces oración visual , que es una imágen la que llena tus pupilas y te provoca
ahondar en ese interiorismo de la comunicación espiritual .

Ellas han sido y son una parte muy querida de mi existir , el puente de unión cuando siento que mi oración no es suficiente ; sé que están ahi ...para hacerla más amplia y más fuerte. Pongo a mi hijo siempre en medio de su oración a Dios Padre y eso me llena de tranquilidad y sé que todo le irá mejor en la vida. Pues cuenta con ese plus añadido de la oración de sus monjitas.  Ellas son de naturaleza generosa y gentil, suelen traerme en Navidad un platón con galletitas que tienen siempre el sabor del afecto y la amistad . Hoy en ese puñado de papeles me encontre la tarjetita de esta Navidad pasada .  Ese + Maria ! de la entrada me lo dice todo.

Gracias Dios por esa hermosa bendición que son mis pinguinitos.

El tiempo ha transcurrido inexorable , veinte y más años desde aquellos días en que Fabian atado a la cintura de la madre Elsita , o terminando su trabajo fuera del horario de clase con la Madre Claudia, o haciendo batallar a la Madre Luci con sus correrías . Iniciaba ese proyecto de vida que desde entonces se perfilaba sería siempre "a su manera" fuera de
esquemas pre-establecidos .  Ese niño misionero, que me pedia rezaramos el rosario a las horas más inconvenientes ( para mi , por supuesto) hoy recorre el mundo absorviendo con esos mismos ojos, ávidos por llenarse de todo al mismo tiempo.